Me ardía
la piel
Se hundía mi pecho una y otra vez
Se ahogaban las ventanas del alma
Se retorcían los huesos y las palmas
Se hundía mi pecho una y otra vez
Se ahogaban las ventanas del alma
Se retorcían los huesos y las palmas
Y gritaba hacia adentro
Palabras llenas de sentimiento
Hechas de ríos y tormento
Tu presencia invisible me acompaña
Hechas de ríos y tormento
Tu presencia invisible me acompaña
Una madrugada de julio mientras dormías
Me di cuenta que sólo a ti,
Mis noches pertenecían.
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