miércoles, 14 de septiembre de 2011

Poétique de l'objet

 






De nuestros encuentros cada instante,
era fiesta con el dios distante,
solos en todo el mundo.
Eras más valiente y liviana que el ala de un ave.
Por la escalera, como un mareo acosante,
corrías y me llevabas -suave-
dentro de la húmeda lila,
a tus dominios insondables, por la otra parte del espejo.
Y al llegar la noche, me fue regalada la piedad,
se abrió la puerta del altar
y brilló, brilló en la oscuridad,
la desnudez en su lento declinar.
Y al despertar; "Bendita seas!"
dije y supe que era audaz, mi bendición: dormías tú,
y se extendía la lila para tocar tus párpados con el azul del universo.
Y los párpados que el azul tocó, quietos eran
y la mano, tibia.
Y pulsaban los ríos en el cristal,
humeaban los cerros, brillaba el mar.
Una esfera de cristal tenías en tu mano.
Dormías en un trono elevado.
Despertaste y transformaste el léxico de la humanidad.
Y al habla de fuerza sonora colmaste
y la palabra tú mostró
-  Oh, arte  -

"El Espejo" - Andrei Tarkovsky












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